Defender la verdad: un esfuerzo colectivo

Por Sebastián Fergadiotti López

Seremi de Gobierno Atacama

Cuidar la democracia es tarea de todas y todos. En eso, los partidos políticos, las autoridades y los diferentes liderazgos de la sociedad tienen una responsabilidad, por cierto, mayor que el ciudadano común.

Sin embargo, en tiempos electorales, ante la ausencia de buenas ideas y propuestas concretas, florece la posverdad promovida fundamentalmente por sectores políticos extremos, que buscan instalar la idea de que los hechos y los datos no importan.

La realidad del país puede ser ampliamente discutida desde las diversas visiones que tiene la ciudadanía y es completamente válido tener opiniones críticas de los gobiernos, los mandatarios, las políticas públicas o los desempeños comunicacionales. No obstante, la veracidad no es opcional. Sin un mínimo de realidad compartida es imposible discutir y, con ello, la política deja de ser un espacio de debate y la democracia deja de funcionar.

Cuando se repite hasta el cansancio la consiga “Chile se cae a pedazos”, aun cuando incluso diferentes organismos internacionales digan lo contrario respecto de la economía del país; cuando se promueve el terror, señalando que el crimen organizado está desbordado, al punto de instalar un nivel de miedo mayor que en los habitantes de México y Colombia; cuando se pone en duda el cambio climático o cuando se cuestiona el trabajo del Servel, no solo se está siendo deshonesto intelectualmente, se está horadando a las entidades que son fundamentales para contextualizar o validar la información.

Con esto, se busca establecer una sospecha generalizada para diseminar incertidumbre en la población y luego ofrecer soluciones livianas con discursos rimbombantes, que terminan, obviamente, defraudando a la ciudadanía que ven cómo las promesas de campaña nunca se transforman en soluciones reales a sus problemas y que, casi siempre, al final del día, además les quitan derechos y libertades.

Para eso, en un esfuerzo colectivo, debemos fortalecer las instituciones, los medios de comunicación y la academia, entre otros estamentos que juegan un rol importante, con el objeto de impulsar la reflexión crítica con base en evidencias. De otra manera, solo se genera polarización.

Hay que combatir la posverdad, develar las mentiras y las operaciones políticas que pagan bots para descalificar al adversario con imputaciones falaces, por ejemplo. El país requiere de líderes y lideresas que promuevan y participen del debate público serio, no que lo rehuyan.

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