POLÍTICAS PÚBLICAS Y PARTICIPACION CIUDADANA

Por Luis González Codocedo

Abogado

Ex Consejero Regional de Atacama

 

 

Las políticas públicas generalmente se han entendido como los programas que un gobierno, cualquiera que sea, desarrolla en función de un problema o situación determinada. Pero al mismo tiempo, la política pública permite establecer un vínculo entre las personas, sus intereses, el Estado y sus propias definiciones y cursos de acción.

Si consideramos además que las políticas públicas deben tener un enfoque de derechos, se debería contar con la participación de la ciudadanía en todo su ciclo; entregar garantías a la población respecto de derechos que están considerados en ella y haber sido lo suficientemente informados y difundida lo que se quiere hacer, para que las personas a la cuales está dirigida esta política pública puedan ejercer dichos derechos.

Sin duda que el proceso arranca como hemos dicho, a partir de una situación problemática, que provoca cierto grado de tensión o controversia, lo que para algunos es una situación problemática, para otros no lo es, porque no todos interpretan del mismo modo la situación que contemplan.

Pues bien, para que esto que planteamos sea posible, los ciudadanos deben ejercer su capacidad organizativa que les permitirá participar y negociar su inclusión en los ámbitos de la decisión de la política pública, cuántas veces hemos visto reparar las calles y nunca son invitados a las reuniones de trabajo las juntas de vecinos del sector.

La participación social es fundamental en todo proceso democrático y más aún cuando hay que definir una política pública que busque un impacto en la ciudadanía. Sabemos que las elites tiendan a despreciar ese sentir ciudadano, desconociendo el carácter público de los problemas, olvidando una percepción aristotélica que dice que: «Las percepciones del ciudadano nunca son irrelevantes», y de hecho son la materia prima de la vida social.

La táctica del «metro cuadrado» solo sirve para salvar los problemas del día a día, pero es inútil para poder proyectar una política social con proyección de futuro, pues carecería de un discurso potente y de planificación, es por ello que es necesario la participación social, ellos deben estar presentes, ser parte de la solución y no del problema, cuando la solución que se quiere implementar les afecta a ellos mismos.

Es indispensable que existan canales adecuados de comunicación entre los distintos actores sociales y el gobierno de turno, porque si no se producen, no va a haber otra alternativa que los grupos se organicen y generen una movilización social para enfrentar la intransigencia del Estado, como regularmente hemos visto.

Si uno solo entrega ilusiones como solución, es probable que la gente que está desesperada «lo crea», porque no tiene lo suficiente, pero eso a corto plazo empezara a fallar.

Si queremos dar solución a los problemas de la gente, no debemos darla de una oficina, del «trono público», sino que debemos ser capaces de buscarla con la misma gente que lleva la cruz de la necesidad, para dar una solución que satisfaga

 

 

 

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