No me conoces, pero ¿sabes de mí?

 

Desde la masificación de internet, y sobre todo desde el uso excesivo de las redes sociales, es posible determinar tanta información personal, que llega a ser escalofriante.

En la mayoría de las compras que realizamos, nos piden el rut con distintas excusas (sumar puntos, tener descuentos, inscripción en club de beneficios, incluso para ver la boleta por internet). ¿Pero qué hay detrás de eso?

Sólo con su rut, alguien que sepa medianamente de informática, puede conseguir su nombre completo, el de su familia, madre, padre, hijos y pareja legal (si tiene). Con esa

información se puede cruzar en las redes sociales llegando incluso a saber en qué trabaja, los lugares que frecuenta, su círculo de amigos y familiares o sus más cercanos. Gustos, expectativas de vida, problemas personales y todo lo que usted suba como “estado” en sus redes sociales.

Hasta ahí sin tener muchos conocimientos de informática. Ahora, si es experto en informática, principalmente inteligencia artificial o minería de datos, podría predecir el comportamiento y con ello saber qué preferiría comprar o donde viajar para sus vacaciones, incluso antes que usted lo decida. Lo que permite crear “ofertas” personalizadas, que es la publicidad que aparece en distintas páginas web o redes sociales. Como cuando uno está buscando un artículo por google y a los minutos le aparecen ofertas de productos parecidos en Facebook o Instagram. No es casual y está detrás de la clásica pregunta en la tienda… ¿me da su rut?

¿Cómo evitar que sus datos sean públicos? Primero, dejar de compartir todo por redes sociales, hoy la principal fuente d información somos nosotros mismos. Segundo, cambiar los nombres de nuestras redes sociales, por nombres de fantasía. Sus amigos seguirán viéndolo, solo con otro nombre, y podrá seguir compartiendo y chateando con ellos. Tercero, evite dar su rut en centros comerciales, ya que así deja de “alimentar” a los sistemas.

Así como antes, quien tenía oro era valioso, y en un futuro quien tenga agua será valioso, hoy en día quien tiene datos tiene un gran valor en ellos, y claramente puede comercializarlos.

 

 

Claudio Piña Novoa

Académico

Ucentral Región de Coquimbo

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