Una vez más entre gallos y medianoche. La elite de siempre, las cúpulas políticas decidieron resguardar el poder de sus partidos y hacer oídos sordos a las demandas ciudadanas bajo un “Acuerdo por la paz social y nueva Constitución”. Acuerdo que implícitamente reconoce que estuvimos en guerra y por lo tanto, podría dejar nuevamente impune las violaciones a los derechos humanos, más aún si pensamos que este acuerdo se logra bajo la solapada amenaza de una salida militar al conflicto.
Este acuerdo muestra claramente de que NO es a través de una consulta ciudadana, liderada por unos pocos municipios, que se obtendrá una asamblea constituyente, sino que mediante la ciudadanía exigiendo sus derechos en las calles. Es por eso que finalmente rechacé esta consulta votada el pasado viernes en el Concejo Municipal, si bien esta medida tenía sentido, perdió todo el piso político desde el momento en que los partidos firman el acuerdo asegurando su parte del poder a través del sistema electoral propuesto y asimilando la asamblea constituyente a la convención constitucional.
Todo esto llevó a la Asociación Chilena de Municipalidades a bajar la consulta ciudadana considerando que el SERVEL tampoco la apoyaría, convirtiéndose en un acto simbólico confuso y hasta instrumental de unos pocos municipios. En el caso de Copiapó, se invertirán 60 millones de pesos sin tener claridad en el objetivo, ni en lo que se hará con los resultados, ya que tanto parlamentarios como gobierno saben que millones de personas quieren asamblea constituyente, por lo que no podemos conformarnos con este tipo de medidas populistas y superficiales. La ciudadanía quiere cambios reales y exige un nuevo pacto social a través de cambios estructurales profundos, pues no basta con hacer una nueva constitución, esta debe asegurar representatividad del mundo social no partidista, de las mujeres, de los pueblos originarios, de la diversidad sexual, de trabajadoras y trabajadores, de las personas en situación de discapacidad, de las y los jóvenes, entre otros, para asegurar los derechos sociales que han permanecido tan ausentes en nuestra sociedad.
Dicho lo anterior, quisiera señalar, además, que he renunciado al partido Poder Ciudadano (Comunes) y por consiguiente renunciar al Frente Amplio, puesto que pongo la confianza en el movimiento ciudadano y en su lucha contra la desigualdad y el abuso, a través de una Asamblea Constituyente que permita cambiar las reglas del juego por mayor equidad y justicia. Con lo anterior, renuncio a ser candidata a alcaldesa o concejala en las próximas elecciones municipales, bajo el actual sistema electoral #hastaqueladignidadsehagacostumbre.