La Comisión de Minería de la Cámara de Diputados aprobó en general, con siete votos a favor y tres en contra el proyecto que busca instaurar un nuevo royalty para las empresas mineras y se definió que podrán ingresar indicaciones hasta el próximo lunes.
La iniciativa apunta a un gravamen equivalente al 3% del valor nominal de los minerales extraídos, que deberá destinarse a obras de desarrollo en las comunas en donde se encuentren los yacimientos respectivos de donde se explote el mineral, que permitan mitigar los efectos ambientales que produzca la actividad minera.
Sin embargo, el Gobierno, a través del Subsecretario de Hacienda, ya dio a conocer su reserva de constitucionalidad.
Como Cámara Minera de Chile, nos oponemos a imponer un nuevo impuesto a la minería, por varias razones, pero una de las principales está relacionada con la baja competitividad que ha demostrado el sector en los últimos años y donde medidas como éstas la harían descender aún más; en tanto también es una traba para atraer inversionistas al país. Nos preocupa que cada vez que se habla de un nuevo impuesto a la minería no se consulta a los expertos o a instituciones como nuestra Cámara para dar una opinión en favor del país, “siempre es mejor hacerlo bien que hacerlo rápido”.
Anteriormente hemos señalado que lo que hay que hacer es una revisión general de la carga impositiva incluyendo este impuesto, y revisar cómo y hacia dónde se derivan los recursos recaudados por los “Royalty” anteriores (Impuesto Específico de la Actividad Minera, Art. 64 bis de Ley de la Renta). Quienes apoyan este proyecto señalan que se busca establecer el royalty minero como un derecho a la compensación económica por parte del Estado por la explotación del cobre y del litio, y que parte de esos recursos queden en la zona.
Ese es el punto que hay que analizar y definir, cómo ser justos y equitativos con las comunas y regiones mineras. Pero también hay que definir un sistema o una herramienta que permita que esos dineros se inviertan cómo y dónde corresponde. Respecto a la fijación de impuestos anteriores se dijo que serían un aporte a las regiones donde se encuentran las operaciones mineras; que se invertiría más en tecnología para el desarrollo del país; más inversión en investigación, en I+D, etc… Lamentablemente, eso no ha sucedido y tal vez sea el momento de revisarlo.
Finalmente los llamamos a recordar que en muchos pueblos o ciudades ha sido la minería la que ha cumplido el rol del Estado, no solo siendo en muchos casos el único empleador, sino que además, construyendo caminos, escuelas y haciendo acción social.
La minería es y seguirá siendo el motor del desarrollo económico y social de chile, entonces ¿por qué no cuidarla de manera responsable? Nuestra Cámara ha propuesto industrializar nuestras riquezas naturales, generando más empleos, sustitución de importaciones, y generando más divisas para el país. ¿Por qué no hay una política pública al respecto?
Debemos cuidar “la canasta de los huevos de oro”, ya que ésta también se puede romper o disminuir a tal punto que ya no sea un aporte como lo ha sido hasta ahora.
Todos estamos dispuestos a aportar desde los diversos ámbitos en los que nos desempeñamos, pero todo debe ser dentro de las posibilidades y realidades que existen.
Santiago, 21 de enero de 2020