El ingeniero forestal y dirigente gremial analiza el escenario que enfrenta el sector forestal y maderero regional por Coronavirus y anticipa un escenario futuro complejo.
Lautaro Opazo Torres lleva el rubro maderero en su adn. Estudió ingeniería forestal y tiene una pyme que le ha permitido desarrollar su vocación ligada a la producción de madera. Le tocó asumir en pleno crisis del estallido social como presidente de la Corporación Chilena de la Madera – CORMA- en la Región del Maule y ahora debe liderar al sector en tiempos de pandemia.
“Constitución es una ciudad que tiene un potencial turístico y productivo muy importante, que nos hace ser competitivos y que necesita del sector forestal para el desarrollo de todos sus habitantes”, comenta en la sede gremial ubicada en la avenida Enrique Mac Iver de Constitución.
¿Cómo están enfrentando como sector la pandemia del Coronavirus?
En lo inmediato estamos apoyando las barreras sanitarias locales y una campaña del gremio y empresas para aportar al hospital de Constitución con equipamiento médico que se necesita para enfrentar la pandemia por COVID-19.
En lo propio del gremio necesitamos mantener la actividad en funcionamiento y para eso estamos tomando todos los protocolos sanitarios necesarios, desde la desinfección de instalaciones, hasta el personal y maquinaria que se utiliza para nuestras operaciones. La idea es que todos puedan adoptar medidas de prevención para poder seguir produciendo, generando empleo y madera para las necesidades del país.
¿Cuál es la situación actual del gremio en la Región del Maule con la crisis sanitaria y luego de la tragedia que significó los mega incendios de 2017?
La pandemia tiene efectos mundiales y nosotros no somos la excepción, sobre todo debido a la falta de transporte para las exportaciones. El problema hoy es que no hay containers porque no están viajando desde China. Las navieras venían con una ruta y hoy cuesta mucho por efecto del coronavirus, porque hay madera que no puede viajar.
Con respecto a los efectos del mega incendio de 2017, estamos en un escenario adverso. En un principio se tuvo que cuantificar los daños y comenzar con el proceso de recuperación, proyectando los volúmenes de madera que iban a faltar en los años siguientes de acuerdo a lo que se perdió con los siniestros. En paralelo hemos estado buscando ayuda para aquellos que perdieron su patrimonio y hoy necesitan levantarse.
¿Cuáles han sido los daños para la industria y cuáles son los principales desafíos que enfrentan en el corto y mediano plazo?
En 2017 se quemaron del orden de las 240 mil hectáreas en la Región, 180 mil de las cuales eran productivas y de esas la mitad pertenecían a pequeños y medianos empresarios. Hoy el drama del sector es poder recuperar la capacidad productiva para evitar el cierre de los aserraderos y las consecuencias en la cadena productiva.
¿Cómo ha sido el proceso de recuperación de la materia prima, los bosques y los suelos dañados con los incendios?
Los propietarios que perdieron su patrimonio, no son capaces de recuperarse porque no tienen respaldo para encontrar financiamiento.
Para reforestar hay que tener un capital inicial muy alto y si no hay apoyo, un propietario chico de dónde saca la plata.
Desde 2012 se acabó el subsidio para pymes a través el decreto 701 que bonificaba la forestación. Hoy no tenemos apoyo y en la mesa de la madera que se formó con la Intendencia el año 2018, se planteó como desafío el tema de la reforestación, situación que no ha tenido avances. Lo único que se está haciendo es un apoyo inicial en base a un convenio de CORMA con el Ministerio de Agricultura, con un aporte de 4 millones de plantas productivas y nativas que Conaf tiene que gestionar con las pymes forestales. Con eso abordamos menos del 5% del problema.
Por un lado tenemos la dificultad económica y por otro el de los suelos, pues tenemos 90 mil hectáreas erosionandas. La tasa de forestación bajó drásticamente, nosotros antes forestábamos del orden de los 5 a 6 mil hectáreas al año y hasta ante de la actual crisis estábamos en las 300 hectáreas. Con este panorama la merma para el sector se va a adelantar al año 2020, con una caída del orden del 20 al 25%.
¿Cómo ha sido el apoyo estatal para levantar sobre todo a la pequeña y mediana empresa?
La reforestación sobre todo de los pequeños empresarios forestales es una tarea pendiente. Falta una posición del Estado respecto a cómo enfrentar el drama de este sector productivo, los terrenos forestales se están erosionando, sin manejo, con la sequía significa combustible, una problemática que va creciendo. En un tiempo más no va a ver la suficiente materia prima para poder trabajar.
¿Cómo evalúa el accionar público-privado en el combate de los incendios forestales en esta última temporada de verano?
Se está trabajando bien en una mesa con la Fiscalía Regional para perseguir penalmente si hay responsables de los incendios. En Constitución tuvimos un trabajo muy destacable en el sentido que nos coordinamos para evitar lo que pudo ser una tragedia mayor con un incendio que se inició camino al Muelle Maguillines, pero que se acercó mucho a las casas de la Villa Verde y Altos de Chacarillas.
En paralelo sostuvimos un acuerdo con el Gobernador de Curicó para trabajar en conjunto en materia de prevención para evitar incendios, ya que tenemos como Corma la experiencia de una mesa forestal en la provincia de Cauquenes que se inició en 2016 y que ha tenido excelentes resultados.
¿Cómo busca apoyar a las pymes forestales, qué espera al 2030?
Tenemos que visibilizar los problemas que aquejan al sector, en lo que respecta al drama de los próximos años de manera que nos presten la atención necesaria para gestionar los mecanismos de reimpulso al sector. Estamos abordando la contingencia pero no podemos perder de vista lo que se no viene en el futuro próximo. Vamos a trabajar de manera unida para que al 2030 los efectos no sean tan perjudiciales y podamos mantener un industria activa, aportando al desarrollo local, regional y de país.
¿Por qué aceptó ser presidente de CORMA, cómo le gustaría ver a su sector?
En plena crisis del estallido social, con los incendios forestales pensé que alguien tenía que apoyar y acepté ser presidente. Cuando tienes una adecuada interacción transparente, no necesitas conflicto sino cooperación pese a que los socios son de distintos colores políticos, siempre trabajamos en pro del desarrollo del sector.
Ahora con la crisis sanitaria mundial la tarea se pone aún más desafiante, sin embargo no bajaremos los brazos por el bien de la Región del Maule y de Chile.