Por Carolina González Hernández
El sentimiento de amor y de unión por nuestra Tierra es cada vez más fuerte, ahora que vivimos estos tiempos difíciles de pandemia. Y que nada rompa ese amor, que sea un amor indestructible por cada una de las cosas que la Pachamama a diario nos ofrece.
Sabemos que muchas de las rogativas que nuestros pueblos originarios tenían planeadas para este tiempo no podrán realizarse, pero quiero invitar no tan sólo a nuestros Aymaras, Quechuas, Atacameños, Collas y Diaguitas, sino a todos aquellos que sientan amor y cariño por nuestra Madre Tierra, por todos los dones y bendiciones con los que siempre nos recibe a que le dediquemos con todo nuestro corazón, un momento de reflexión.
Hoy también quiero dirigirme a esa familia, esa familia que sin lugar a dudas sufre los efectos de una pandemia terrible, que ha segado vidas, que ha terminado historias, que arrebató trabajos. A todos ellos, va mi pensamiento lleno de respeto y de fuerza. Para que podamos volver a vivir, abrazarnos y trabajar en un proyecto en común para todos y con todos.
Desde donde estemos, festejemos hoy a nuestra Pachamama, nuestra Madre Tierra. No solamente un día, no solamente porque yo o mucha gente lo diga. Sino porque lo sentimos, porque nuestros corazones deben estar en férrea comunión con Ella. Así como un día, una vez, nuestras Madres nos dieron a luz, así un día esta Madre dio a luz todo un Universo para nosotros.
Volveremos a abrazarnos, y allí estará, nuestra Pachamama, madre de todos los que alguna vez estuvieron aquí antes que nosotros y de todos los que vendrán, para querernos como nuestra Protectora y bendecirnos una vez más, hoy y por siempre.
#PachamamaRaymi