Por Carolina González Hernández
He esperado bastante tiempo para poder hablarles acerca de un verdadero atributo que por paradojas del destino, se da en la misma política. Como lo es la independencia política. Muchos amigos y amigas me preguntarán, el porqué de tanta espera y el porqué de la visión paradójica. Pues trataremos de responder las dos preguntas.
El porqué esperé para poder hablar de la independencia radica fundamentalmente con cosas ligadas a la vieja política que es necesario el poder eliminar cuanto antes. Como lo es la “cocina”, aquella cosa decadente que se impone para evitar la competencia, también conocida como “negociación cupular”, cosa que es una verdadera aplanadora para evitar que la gente se manifieste por candidatos que realmente los representen y aparezcan los mismos de siempre.
La visión paradójica obedece fundamentalmente a que el ser independiente políticamente nace precisamente de una función meramente política, en donde la descomposición social y moral de las tradicionales estructuras cupulares y de poder de los partidos (o tiendas) políticas, marcan un precedente de desconexión total con las personas, con sus anhelos, con sus expresiones y sobre todas las cosas, con sus esperanzas. Porque una población sin esperanzas, es prácticamente una población que finalmente dará vuelta la espalda no sólo a una, sino que a todas las expresiones políticas.
Es ahí cuando los independientes salimos con fuerza. A mirar directo a la cara al votante – porque podemos hacerlo -; a mostrar nuestras manos limpias y fuera de todo accionar deplorable que tanto daño le ha hecho a Chile; a decir el porqué los partidos políticos le hacen mal a nuestra gente, y porqué quienes defendemos un enfoque de pueblos originarios debemos estar presentes con nuestra propia alternativa, con nuestras propias ideas y que NADIE se apropie de ellas.
La independencia está lejos de todo aquello que se fragua en las cocinas de los partidos, y está muy cerca de un escenario competitivo, en donde los militantes de los partidos cada vez más se sienten menos representados y abandonados. Donde en Copiapó y Caldera hemos sido testigos de vergonzosos blindajes para candidatos privilegiados – en Copiapó la oposición y en Caldera lo hizo Chilevamos, ambos bajo el pretexto de “negociar” posiciones de candidaturas ventajosas pero todos sabemos que es para no perder cuotas de poder – y a los militantes ni les preguntan. Es por ello que desde esta Tribuna, en la comuna de Caldera, invitamos a todas las sensibilidades, a que estén con nosotros, porque somos independientes y no abandonaremos a nadie.
No somos ni seremos nunca como ellos. Es mi compromiso.