Mario Corrales O.
Sales Project Business Manager
Adhesive Technologies – Construction Henkel Chile
En los últimos meses, hemos enfrentado una de las crisis globales más importantes que se hayan visto en 100 años. Esto ha repercutido en la forma en que vivimos y nos relacionamos, trayendo también profundos cambios en la economía: a nivel global, los países han implementado estrictos controles fronterizos, bloqueos y confinamientos para frenar el avance del virus, alterando el normal funcionamiento de las industrias y de sus cadenas de suministro. En ese escenario, mantener la operatividad de los sectores clave es un enorme desafío.
En el caso de la construcción, muy golpeada por la pandemia, hay proyectos que son indispensables, sobre todo los que tienen relación con el desarrollo o ampliación de hospitales. Para concretar esta infraestructura crítica, se necesita el esfuerzo coordinado de distintos actores públicos y privados, con el fin de mantener los procesos de abastecimiento, lograr el funcionamiento de los proveedores y empresas involucradas, además de resguardar la seguridad de los trabajadores que operan en estas faenas.
La buena noticia es que Chile ha demostrado que puede superar estos apuros. Con optimismo vemos como se inauguraron dos recintos sanitarios ubicados en La Araucanía, con la construcción de los hospitales de Angol y Padre Las Casas, que beneficiarán a unas 580 mil personas de esas localidades.
Además se mantiene en pie la obra del futuro Hospital de San Antonio, que reporta un 46% de avance, y al mismo tiempo se levanta el nuevo hospital de La Serena, ya edificado en un 80%. Una situación similar encontramos en los establecimientos de salud de Ancud y Quellón, al sur del país.
Consideremos, asimismo, que durante este tiempo de grandes dificultades se han seguido impulsando las reparaciones al Metro de Santiago, junto a las labores en las ampliaciones de la Línea 2 (hasta San Bernardo) y la Línea 3 (al centro de Quilicura), las que presentan 38% y 30% de avance. Se trata de una potente muestra de la capacidad que tenemos de adaptarnos a las circunstancias, sin dejar de lado los focos de desarrollo, con proyectos que mejorarán la calidad de vida de las personas en los próximos años. Gracias a este empuje, la estatal aún no ha estimado retrasos en la planificación de estas extensiones del tren subterráneo.
Por nuestro lado hemos aprendido a innovar en todas las áreas, implementando teletrabajo y medidas de seguridad para nuestros equipos, con el fin de seguir garantizando un abastecimiento oportuno, pero también manteniendo la calidad de los materiales que proporcionamos a estas megaobras de relevancia estratégica.
Estamos seguros de que el combate de la crisis sanitaria por coronavirus y la futura reactivación de la economía, necesitarán de la concreción de estos proyectos de gran envergadura para Chile.