La hipertensión arterial afecta a casi el 40% de la población mundial, teniendo mayores índices en países subdesarrollados, según la Organización Mundial de la Salud. La prevención y detección temprana son fundamentales para evitar muertes a largo plazo.
Según la última Encuesta Nacional de Salud, casi un 30% de la población adulta chilena padece de hipertensión, enfermedad crónica que se presenta por la elevación continua o sostenida de la presión que ejerce el corazón sobre las arterias para la conducción de sangre a los distintos órganos del cuerpo y el factor de riesgo más importante para desarrollar Enfermedad Cardiovascular (ECV), principal causa de muerte en el país. Si bien existe una clara predisposición genética, los malos hábitos de vida suelen ser determinantes a la hora de desencadenarla.
“A esta enfermedad también se le denomina la asesina silenciosa, ya que en la mayoría de los casos, no presenta síntomas sino hasta que se cursa una crisis hipertensiva que puede ser fatal. Por lo mismo, es importantísimo considerar que si tenemos malos hábitos, sobrepeso u obesidad, además de antecedentes familiares, debemos controlar nuestra presión habitualmente para detectar la patología a tiempo, ya sea en niños o adultos”, señala Paula Molina, químico farmacéutico de Farmacias Ahumada.
Las cifras óptimas de presión están en 120mm Hg (máxima o sistólica) y 80 mm Hg (mínima o diastólica), considerándose hipertensión las personas con medidas igual o mayores a 140/90 mm Hg. Molina hace hincapié en que “si una personas ha medido su presión arterial en días diferentes y observa que se encuentra por sobre los límites establecidos, aun cuando se encuentra en reposo, podría estar sufriendo de hipertensión”.
Por esto, es fundamental implementar hábitos saludables para evitar llegar a este punto. Cuando la enfermedad ya está declarada, el paciente debe comenzar con un tratamiento farmacológico, aunque estos cambios en el estilo de vida contribuirán notoriamente a mantenerla controlada.
– Cuidado con el peso. Estudios han demostrado que la pérdida de peso en pacientes con sobrepeso u obesidad presentan una disminución de la presión arterial entre 3 y 8 mmHg.
– Sodio: La sal es el peor enemigo de la presión. De acuerdo a la farmacéutica, “el consumo no debe sobrepasar los 6 gramos al día (una tapa de lapicera), lo que ayuda a mantener una actividad cardiaca normal y evita la deshidratación”.
– Dieta equilibrada. “Se debe aumentar el consumo de frutas y verduras, disminuyendo el de alimentos procesados, que contienen aditivos basados en sodio para potenciar los sabores”, indica Molina. Además, se deben incorporar alimentos ricos en potasio como las legumbres.
– Actividad física. Cualquier tipo de ejercicio ayudará a evitar el sedentarismo, el desarrollo de la hipertensión y llevar una vida saludable. La facultativa recomienda realizar esta actividad durante 30 a 45 minutos, tres veces por semana.
– Otras sustancias: El café posee alcaloides que estimulan el sistema nervioso central lo que acelera el sistema cardiaco, elevando la presión. Por su parte, el tabaco generaría menos eficacia en el tratamiento hipertensivo, además de otros problemas asociados como propensión a infartos. Ambas sustancias deben ser eliminadas de manera definitiva del sistema de pacientes hipertensos.
También es cosa de niños
Aún cuando se piense que sólo personas mayores son los afectados con esta patología, no se podría estar más equivocado. No obstante, si es difícil diagnosticar la hipertensión en adultos, es aún más complejo hacerlo en niños y niñas. “En este grupo tampoco se presentan síntomas, y es muy poco común que se realicen exámenes específicos, por lo que se debe considerar siempre como riesgo los antecedentes familiares y la obesidad. De hecho, la American Heart Association (AHA) recomienda que los pequeños se midan la presión de forma anual a partir de los tres años de edad”, comenta Molina.
En este sentido, debemos evitar que la patología se desencadene el ellos, por eso es vital el control de peso y el aprendizaje de buenos hábitos desde la primera infancia, considerando que Chile ocupa el primer lugar en América Latina en prevalencia de obesidad infantil y sexto en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud.
Mantener controlada esta patología, a través de buenos hábitos y la adherencia al tratamiento farmacológico, puede disminuir el riesgo de complicaciones cardiacas. Por último, la químico farmacéutico enfatiza en el control periódico con el médico y estas atentos a signos de crisis hipertensivas. “Si hay taquicardia, dolores de cabeza intensos y repentino, además de mareos y vómitos, es necesario que consulte con un especialista”, finalizó.