- Cerca de 150 fueron/son distribuidos en Atacama y 10.500 en todo el país.
“Nuestras atacameñas no están solas. Debemos replicar este mensaje y trabajar durante todo el año”. Con estas palabras, la directora regional de PRODEMU, Johanna Fernández Rodríguez, públicamente recordó que se entregaron y entregan dispositivos de emergencia de protección para mujeres usuarias de los Centros de la Mujer, Casas de Acogida, y Línea de Violencia Extrema del Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género (SernamEG).
Esta iniciativa nace y fue posible gracias a un convenio de colaboración entre el SernamEG y PRODEMU, cuyo objetivo permitió el traspaso desde el Servicio de 740 millones de pesos para la compra de estos dispositivos de emergencia.
En este marco, Johanna Fernández argumentó que “siempre es importante recordar y expresar públicamente que nuestras mujeres no están solas, más aún cuando hay esfuerzos, gestiones e iniciativas desarrolladas para este objetivo. Nuestro llamado desde PRODEMU es a conocer y generar, en la familia y nuestros círculos más íntimos, el concepto de corresponsabilidad social. Cómo región, comuna, localidad, amigos y amigas, compañeros de trabajo y vecinos, debemos valorar y acompañar a la mujer. Esta última no puede ser la única responsable de denunciar, por eso es importante esta red en el dispositivo. Todos y todas debemos denunciar actos o conductas de violencia”.
“A través del uso de la tecnología, particularmente con estos dispositivos, nuestras atacameñas podrán registrar los contactos de 3 personas de su confianza, quienes recibirán una alerta en caso de que la usuaria del dispositivo se encuentre en riesgo frente al agresor. Sus redes de apoyo podrán saber su posición geográfica, para así dar aviso a Carabineros. Este es un proyecto concreto, que se suma a muchos otros que se están realizando desde SernamEG y PRODEMU, por lo tanto, el llamado es a conocer los programas y campañas en www.prodemu.cl y www.sernameg.gob.cl”, agregó la directora regional de PRODEMU.
La situación de la violencia contra la mujer es gravísima. Muchas viven un terror permanente y su vida se transforma en un infierno. “La violencia no distingue ni estatus socioeconómico, ni nivel educacional, la violencia es transversal, por lo tanto, como región tenemos que sumarnos a denunciar. Allí está la clave”, concluyó Johanna Fernández.
