Día Internacional de la Dislexia: la tecnología como gran aliado

Por Bari Hayoun, director Regional de Orcam Technologies para Latinoamérica.

Cada 8 de octubre se celebra el Día Internacional de la Dislexia, esto con el fin de llamar la atención sobre un trastorno que, en silencio, afecta al 10% de la población mundial. La dislexia es una alteración de origen neurobiológico y hereditario que perjudica de gran manera la capacidad de leer en forma fluida, precisa y automatizada, ocasionando grandes daños emocionales si no se toma en serio y se trata desde el punto de vista escolar y familiar. En lo anterior radica gran parte del significado del Día Internacional de la Dislexia.

Pero la dislexia es mucho más que solamente tener dificultades en las áreas de la lectura y en la escritura, ésta va más allá, ya que, existen problemas de compresión, de memoria a corto plazo, de léxico limitado, confusión entre la derecha y la izquierda, dificultades en las nociones de espacios-temporales y algunas otras. Se debe considerar que, no existen dos disléxicos idénticos y, por tanto, cada caso es único y no siempre se presenta la totalidad de los síntomas.

Una de las mayores complicaciones de la dislexia es que no es compatible con los sistemas educativos actuales, pues, dentro de aquellos, todas las enseñanzas se hacen a través del sistema escrito, situación que para un niño disléxico se le hace imposible asimilar algunos contenidos a los que tenga que llegar a sus significados a través de la lectura.

Afortunadamente, las nuevas tecnologías ya están en la vida de los más pequeños. Ordenadores, smartphones, tablets, ebooks, etc. Todos estos dispositivos ya están al alcance de los niños y pueden reportar grandes beneficios para la dislexia. En la actualidad existen programas informáticos que pueden realizar perfectamente tareas como lecturas al niño y un aparato inalámbrico- llamado Orcam Read- que proporciona una reproducción de audio instantánea, comunicando texto de libros, ordenadores y teléfonos móviles u otras superficies impresas. Además, este dispositivo no necesita de conexión a internet por lo que se puede utilizar en cualquier localización y sin necesidad de Wi-Fi.

En el fondo, son recursos de gran utilidad para facilitar el aprendizaje y la motivación por el propio alumno a seguir empleando estas herramientas en su día a día para continuar dedicándose en estas tareas y de esta forma superar los problemas derivados de su trastorno. Estas tecnologías también permiten que los alumnos no tengan que abandonar la clase ni quedarse aislado del resto. Los libros digitales, por ejemplo, se adaptan al ritmo de lectura de los estudiantes con dislexia, algo que también contribuye a que no sientan que son distintos ni menos que nadie por no poder mantener el mismo nivel que sus compañeros. Todo lo anterior, deja de manifiesto el gran papel de aliado que juega la tecnología frente a la dislexia.

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