Por: Edward Delgado Quevedo
Ex Consejero Regional
Una vez más, el gobierno de turno le pega una fuerte bofetada a la región de Atacama con la postergación del plan de descontaminación de la fundición Hernán Videla Lira, anticipada hace varios años por la Enami, pero que ya no se hará efectivo antes del 2018, como se esperaba.
Esta decisión deja en claro que para el centralismo no importamos, porque siendo realistas somos una región que no aporta muchos votos. Así de simple.
Lo que me preocupa es que tampoco esta transformación se podría hacer con el gobierno entrante, sea quien sea el Presidente o Presidenta, porque como lo han dicho los especialistas en materia económica de nuestro país, este gobierno va a dejar su cargo con 3 de cada 4 pesos ya comprometidos para distintos otros programas que dejará amarrados la Presidenta Bachelet, de tal forma que el nuevo mandatario va a tener bastante poco margen para llevar a cabo nuevas obras o sus propias iniciativas.
Sabido es que la modernización de la fundición Paipote es un requisito legal que debe cumplir, a partir del 2019, para alcanzar como mínimo, el 95 por ciento de captación del material particulado contaminante que emita al espacio, según estándares mundiales.
Ahora, en caso de no lograr este estándar mundial de respeto al medio ambiente, simplemente no podrá seguir funcionando y esto traería consigo, como es lógico suponer, la muerte de la mediana y pequeña minería en Atacama, partiendo por la propia fundición que no contaría con viabilidad económica.
Recordemos que el pasado 1 de junio, en el marco de su cuenta pública anual ante el Congreso pleno, la Presidenta Michelle Bachelet anunció que «he encargado a Codelco, Corfo y Enami que inicien un estudio conjunto para establecer una nueva fundición en la región de Atacama, una que esté a la vanguardia en tecnología limpia y permita recuperar más minerales», destacó en su oportunidad la mandataria.
Si bien, este anuncio en su momento fue bien recibido al interior de Enami y por los propios mineros de Atacama, hoy refleja lo contrario, en este caso, preocupación, ya que se entiende que se estaría hablando de “otra cosa” y no, precisamente, del plan de descontaminación de la actual fundición Hernán Videla Lira, lo que estaría complicando el avance del proyecto que, supuestamente, ya debería estar dando sus primeros pasos lograr su concreción el próximo año.
Como decía recién, este confuso escenario tiene en estado de alerta a los trabajadores de Enami, cuyo sindicato número 1 de trabajadores, señala que “se pone en riesgo el cumplimiento de Paipote a la normativa medioambiental que regirá a partir de diciembre de 2018, puesto que estos recursos se encuentran considerados dentro del proyecto mencionado, lo que traería como consecuencia el cierre de nuestra fundición».
Algunos sostienen que “aquí se está buscando tiempo para disuadir la efervescencia política y gremial que podría significar el hecho que el Gobierno reconozca hoy día, en pleno proceso eleccionario presidencial, que no habrá Plan de Modernización de la Fundición H.V.L. para el próximo año”. Y esto tiene sentido, cuando uno lee las declaraciones del vicepresidente ejecutivo de Enami, Jaime Pérez de Arce, cuando reconoce que “sí nos puede afectar la posibilidad de asegurar ese cumplimiento más allá del 2020. ¿Qué les parece? ¿Cuándo es “más allá del 2020”?
Para concluir el tema: Yo creo que la decisión tomada de cambiar el proyecto es “mala y cara”, además que es una irresponsabilidad tremenda con la salud de la gente que vive en Paipote, Tierra Amarilla y Copiapó, todo esto sin considerar que aquí se hará un doble gasto de recursos del Estado ¿Y quién paga todo esto, pregunto yo?, porque se va a tirar por la borda todo lo gastado en estudios para haber diseñado el plan 2018 que ya fue botado al tacho de la basura.
