NO DEJARÉ QUE LA TECNOLOGÍA ROBE A MIS HIJOS TAMPOCO DEJARÉ QUE LE ROBE A SUS PADRES

Por: Ptr. Carlos Velis, desde Argentina

 

Comparte, ayudemos a salir de la esclavitud del mal uso de los celulares, tablet y todo tipo de pantallas.

 

 

Hace tiempo quería escribir sobre este asunto, pero lo fui postergando. Hoy lo haré, no como especialista en el tema, sólo compartiré nuestra experiencia familiar con las pantallas.

Cuando Paloma tenía unos 4 años (ahora 7) notamos que esos pocos momentos que tomaba mí celular para ver un dibujo bíblico, cuando se lo sacamos reaccionó con mucha violencia, no quería despegarse del aparato, lo mismo sucedió luego con Mateo. Fue ahí que empezamos a monitorear más de cerca el asunto de las pantallas hasta llegar a decisiones drásticas. En casa nunca tuvimos TV por cable, así que la TV estaba sólo para poner una «peli» en DVD escogida por nosotros, pero en la anteúltima Mudanza, a fines de 2016 decidimos deshacernos de esa pantalla de 32 pulgadas, ya no habría TV en la casa imponiendo su enorme presencia, por más que la mayor parte del tiempo estuviera apagada. Luego decidimos que los celulares sólo serían para el uso de nosotros los adultos, excepto contadas ocasiones cuando por breves minutos lo usan para algo específico: aprender las tablas, aprender algo en inglés, enviar un adiós a familiares, o cuando en un descuido nos lo sacan sin permiso. Fue y es una batalla enorme, pero entre los cuatro, con la ayuda de Dios la estamos ganando.

La única pantalla que les queda es el PC, y los contenidos en YouTube, hemos llegado a un acuerdo, los martes y jueves una hora, y los sábados a la noche una «peli» en familia.

¿QUÉ LOGRAMOS CON ESTAS MEDIDAS “EXTREMÍSTAS?

1.- Que nuestros hijos no se desconecten del mundo real que los rodea. Que jueguen con tierra, que se mojen, que corran, que pateen todos los días una pelota, que anden bicicleta, que jueguen con sus mascotas, que dibujen, que escriban, que inventen.

2.- Que tomen un libro entre sus manos y lo lean, que se comenten uno a otro de que se trata.

3.- No se les llena la mente de contenidos basura, de imágenes inadecuadas que será difícil hacerla desaparecer de sus mentes a corto plazo.

4.- Que no consuman violencia por medio de vídeos juegos, ni dibujos inadecuados supuestamente para ellos. 

5.- Que sientan gusto por la lectura de la Biblia, la música cristiana, la oración y deseos de ir a la iglesia.

La madre de la creatividad en primera instancia es el aburrimiento, e incluso la escases. Si no les damos la oportunidad a nuestros hijos de aburrirse, rara vez “inventarán” algo para divertirse.

Un celular o teblet tiene un sinfín de aplicaciones y juegos con los cuales se divierten, es una abundancia de posibilidades en un mismo lugar, y esto los puede mantener “activos” todo el tiempo que dure la batería, ni hablar si es una PC o notebook. «Esta es la mejor forma de “matar genios”, de destruir la creatividad y disminuir la inteligencia.

Un niño que no desarrolla su “inteligencia social”, su capacidad de relacionarse, de expresarse, sufrirá mucho el día que tenga que valerse por sí mismo en esta cruda sociedad.

Es curioso, pero son muy similares los síntomas que experimenta un adicto a las drogas y un adicto a la tecnología. Actualmente ya hay centros de internación para ayudar a las personas a “desintoxicarse” del abuso que hicieron de la tecnología por medio de las pantallas.

Como familia, nada de esto nos resulta fácil, en ocasiones nos enfrentamos a las clásicas preguntas: «¿por qué Juanita tiene un «celu» o Juanito una tablet?» O peor aún: «el papá de mi compañera María es bueno, le compró una tablet para su cumple» en otras palabras, soy el padre malo que no satisfago «una necesidad primaria» en mis hijos: una tablet, celular o PC para un uso deliberado. En esto siempre recuerdo el ejemplo de mi padre: mientras duró nuestra crianza, jamás permitió que en nuestra casa entrará la TV por cable, su resumida respuesta era: «no me van a llenar de basura la casa,» y eso me llevó a repetir la historia en mi hogar.

En fin, seguimos una lucha diaria educando el carácter de nuestros hijos, hay gritos y berrinches, pues ambos son de carácter fuerte (como sus padres) pero estamos decididos a buscar la ayuda de Dios para que cuando un día se vallan del hogar, lo hagan con las herramientas necesarias para ser felices, para saber desechar lo innecesario de sus vidas, y por sobre todo, para que sepan que las personas son reales, de carne y hueso, y que en ellas tienen que invertir su tiempo y cariño, lo cibernético es circunstancial y debe ocupar apenas un lugar en la vida, no dominarla.

Y de paso, en la misma lucha estamos nosotros los padres, de que este aparato no nos maneje, y aunque  no siempre lo logramos, vamos encaminados.

Dios nos ayude a hacer un buen uso de la tecnología, y que no dejemos que ésta nos «secuestre» de la realidad, y peor aún, que nos robe a nuestros hijos y que a ellos les robe a sus padres.

Nunca es tarde, hoy mismo puedes ayudar a tus hijos a salir de la esclavitud de las pantallas que los sumerge en la irrealidad para que empiecen gozar de la vida real. Para eso en la mayoría de los casos se necesitan medidas drásticas…

En una época donde todo pasa por las Redes Sociales, las cuales son una bendición o una maldición, depende del uso que le demos, no debemos olvidar que el mundo es real, sigue existiendo y nos requiere.

Hace dos mil años dos jóvenes tomaron una decisión drástica en sus vidas y eso los pasó a la historia como gente de bien: «En ese mismo instante, Simón y Andrés dejaron sus redes y siguieron a Jesús.» (Marcos 1:18 TLA)_

¿No será hora de «dejar» el mal uso de la tecnología, «las redes» y seguir a Jesús para que la historia nos recuerde como hombres y mujeres de bien en este mundo cada vez más oscuro?

Quizá así podamos ser padres dignos de semejante título…

Dios los bendiga en esta lucha diaria. Repitamos con el Apóstol Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que fortalece” (Filipenses 4:13).

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