Señor Director:
Vivimos en ciudades desencontradas, fracturadas y fragmentadas, donde muchos viven hacinados y otros esponjados. Donde algunos apenas miran de reojo los rucos instalados a la vera de autopistas y otros apenas divisan al que desde un auto en la luz roja les ofrece unas monedas. Esto es lo opuesto a lo que busca hacer el Hogar de Cristo, inspirado en el legado social de nuestro fundador Alberto Hurtado. Queremos vernos, reconocernos, querernos y aceptarnos como iguales. Navidad es el tiempo propicio para entender que Ciudad Somos Todos. Que el país se construye entre todos y que nadie debe quedar fuera. No hay nada más gratificante que dar, sostenía el padre Hurtado, y en eso creemos.
Nuestra campaña de Navidad la hemos llamado Ciudad Somos Todos, porque queremos poner al centro la inclusión, la integración y la participación comunitaria. Que nos alejemos de los ghettos que aíslan y estigmatizan. Que pinchemos las burbujas y abramos las rejas que nos separan y protegen. Que podamos entendernos y tratarnos como iguales. Si no lo hacemos así, el narcotráfico, la desesperanza, el resentimiento, la indiferencia, la desigualdad, nos ganarán la partida, adueñándose de nuestro territorio y de los corazones.
Reencontrarnos en la ciudad implica involucrarse con los que menos oportunidades tienen en ella. En el Hogar de Cristo asistimos anualmente a más de 36 mil personas con la colaboración de cuatro mil trabajadores, casi 40 mil voluntarios y más de 350 mil socios, que nos apoyan con su contribución generosa y la conciencia clara de que sólo la solidaridad, el dar y el darnos, hará de Chile un país más digno y justo. Queremos honrar la igual dignidad que reconocemos tanto en los acogidos en nuestros programas de Arica a Punta Arenas, como en nuestros trabajadores, voluntarios, y en todas las personas que nos permiten servir de la mejor manera posible la misión que nos legara el padre Hurtado de acoger y convocar. A ser parte de esa aventura los estamos invitando.
Carol Calderón Gutierrez, Hogar de Cristo.