Mujeres y educación: soñemos en grande

Gabriela Cares, jefa de la división de Estudios de la Agencia de Calidad de la Educación.

La conmemoración del Día Internacional de la Mujer es un espacio propicio para reflexionar sobre los desafíos que están pendientes para alcanzar la igualdad de género. Uno de ellos, y que repercute directamente en el desarrollo futuro de las mujeres en nuestro país, es la educación.

Sin duda han existido avances importantes. Por ejemplo, la histórica brecha de género en el área de matemática se ha reducido. Sin embargo, persiste respecto a la ansiedad que los estudiantes sienten frente a esta disciplina. Según cifras de la Agencia de Calidad de la Educación, el 66% de las niñas en 8° básico siente temor ante las evaluaciones de matemática, proporción mayor a la que se observa en los niños del mismo nivel (51%).

Por otra parte, hace algunos días se dieron a conocer los resultados del Diagnóstico Integral de Aprendizajes, aplicado de manera voluntaria por más de 370 mil estudiantes en 2020, en contexto de pandemia. La evidencia que arrojó es a lo menos inquietante. Tanto en enseñanza básica como en media, son las mujeres quienes se han sentido más perjudicadas. Mientras que un 48% de los estudiantes hombres en enseñanza media declaró sentirse “con menos ganas de hacer cosas” en este período, la cifra de las mujeres llegó a 65%. En básica, si bien la brecha es menor, también es significativa: 46% de las mujeres dijo sentirse así, versus un 37% de los hombres.

¿Qué relación tiene esto con sus aprendizajes? Mucha, porque la salud mental, que se sientan bien y motivadas, es condición para aprender. Tener a la vista estos datos puede resultar muy útil para los colegios que están iniciando un nuevo año escolar. Poner especial foco en el estado socioemocional de todos los estudiantes, pero atendiendo a los datos sobre qué pasa con ellas, podría marcar una diferencia. Los resultados que arroje el Diagnóstico Integral de Aprendizajes 2021 también serán esclarecedores, porque permitirán saber cómo se sienten después de un año enfrentadas a situaciones de confinamiento.

Si bien todavía no es posible dimensionar el impacto real que tendrá la pandemia en las distintas brechas educativas —evaluar será fundamental para evidenciarlas y abordarlas a tiempo—, una acción que podemos emprender desde ya, y que nos involucra a todos, es no permitir la repetición de falsas afirmaciones, tales como: “las mujeres tienen menos habilidades matemáticas”. Los datos de investigaciones de gran envergadura, como el estudio internacional TIMSS, en el que participan más de 60 sistemas educativos, nos muestran que hombres y mujeres pueden lograr resultados equivalentes en matemática y ciencias.

Debemos reconocer que hombres y mujeres tienen el mismo potencial para desarrollarse y alcanzar metas ambiciosas. Todavía tenemos mucho por hacer. La Educación Parvularia sin duda es un espacio privilegiado para enfrentar las brechas desde el origen, pues los primeros años son fundamentales en el desarrollo futuro. Mientras a más temprana edad las niñas experimenten con matemática y ciencias, mientras más sepan y, ojalá, conozcan adultas exitosas en estas áreas, más probabilidades hay de que se sientan confiadas y seguras frente a estas disciplinas.

El mundo está cambiando. Convivimos con logros científicos y tecnológicos que antes no habríamos sospechado: científicos desarrollando una vacuna en tiempo record, el rover Perseverance enviando fotos a color desde Marte. Permitamos a las niñas de hoy que sueñen en grande. Y trabajemos juntos para que tengan las oportunidades y las herramientas para hacer esos sueños realidad.

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