Injustificable atentado a la Historia de Atacama

Un verdadero sacrilegio a la historia y al patrimonio de Copiapó, Atacama y el país podría considerarse el atentado –“intervención”, le llaman los eufemistas- que sufrió la estatua de la Minería de nuestra capital regional por parte de termocéfalos que, amparados en las demandas de un nuevo Chile, rayaron completamente esta escultura que identifica no solamente a Copiapó como ciudad minera, sino que al norte chileno, ya que su existencia data de hace 160 años y forma parte del patrimonio identitario de los copiapinos.

No imagino a los neoyorquinos “interviniendo” la Estatua de la Libertad ni a los parisinos rayando la Torre Eiffel, por muy justificadas que sean sus demandas sociales que, en el caso chileno, ya sobrepasaron el linde de la cordura y cayeron lisa y llanamente en el vandalismo y la delincuencia, lamentablemente, amparados y protegidos por un sector político del país.

No faltarán aquellos que digan que “solo es una mona de piedra”. No señores, esta estatua forma parte del paisaje histórico, cultural y valórico de nuestro querido Copiapó, valores que ignoran y desprecian estas nuevas generaciones que se dan en llamar reformistas y rupturistas, cuyos actos  no son más que el resultado de una educación ideologizada y carente de valores patrios, pero que nadie lo dice porque es “incorrectamente político” denunciarlo.

Leyendo algunos comentarios de repudio que encontré en facebook, la usuaria  Juanita Tapia Iriarte, escribió el siguiente comentario que suscribo: “Son LISENCÉFALOS. Tienen el cerebro liso como los pollos Por eso son tarados. No pueden discernir. Son los hijos mal paridos del sistema. Nadie se encarga de ellos. Caen de la mata y se pudren”.

A propósito, en una simple mirada regional, recuerdo que en Vallenar estas mismas hordas también atentaron hace un par de años contra los bustos del libertador Bernardo O´Higgins y del propio fundador de la villa, don Ambrosio O´Higgins. También quemaron la Torre Centenario, en el marco de las mismas jornadas de demandas sociales. ¿Cuál será el próximo acto de “heroísmo”, acaso “intervenir” la estatua a la Vendimia, el símbolo de la ciudad?.

Nadie puede negar que estos actos también son el resultado de los llamados “a quemar Chile” que hace un tiempo lanzaron irresponsablemente los nuevos “líderes” políticos de la juventud chilena, aquellos mismos que también quieren terminar con el Himno Nacional, nuestro escudo y todo lo que huela a historia patria republicana, pendejos que recién salen del cascaron y quieren borrar de una plumada 211 años de historia nacional, pasando a llevar el pensamiento de quienes sí respetan y valoran las tradiciones y la cultura nacional.

Lamentablemente, nadie le pone el cascabel al gato, ni siquiera levantando la voz, como debiera ser en el caso de nuestras autoridades políticas. Cuando mucho, presentaran para la foto un inoficioso recurso de protección contra quienes resulten responsables.

MONUMENTO MINERO

El Monumento a la Minería es una escultura de mármol que representa a una mujer vestida con una toga, a la manera de los antiguos griegos, que sostiene un mazo minero. Se encuentra sobre una compleja base, también de mármol, en que se destacan figuras de cóndores, gárgolas y el escudo nacional laureado. Todo lo anterior está dentro de una pileta del mismo material. El monumento conmemora la larga historia de la minería en Atacama, que se inaugura en 1832 con el descubrimiento del mineral de Chañarcillo por el pastor de cabras Juan Godoy. Este hito trajo consigo la explotación de la plata en la zona, la construcción del primer ferrocarril de Sudamérica por parte de William Weelwright, la inauguración de la Escuela de Minas de Copiapó y un pujante desarrollo industrial en la región.

La confección de este monumento fue ordenada por el intendente Braulio Carvallo, quien destinó 25 mil francos para la gestión que cumplió en París, en 1862, el cónsul chileno Francisco Fernández Rodella, contratando los servicios de los escultores Millet y Rousseau, quienes utilizaron legítimo mármol de Carrara.

La mitología popular cuenta que la modelo utilizada para esculpir la figura del monumento fue la propia esposa del cónsul y que para nivelar la base de esta obra se utilizaron monedas de oro.

Espero que este modesto aporte a la cultura patrimonial sirva para que algunos reflexionen sobre el valor de nuestra historia regional y no caigan en el “negacionismo” –concepto de moda inventado por ellos mismos- de reconocer que estos actos más que expresión de rebeldía, son actos de barbarie en contra de nuestra rica historia patrimonial de Atacama, tan poco valorada por el centralismo y ahora también por nuestros propios coterráneos… todo esto en el Mes de Atacama.

SERGIO ZARRICUETA ASTORGA

 

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