Por Delfina Orlando Gerente Senior de Comunicaciones de DiDi para el Cono Sur
La historia de la movilidad tiene nombre de mujer. Aunque muchas veces se la haya contado desde una óptica masculina, basta con repasar sus orígenes para descubrir que fue una mujer, Bertha Benz, quien protagonizó el primer viaje en automóvil y quien, al mismo tiempo, se convirtió en la primera mecánica del mundo. Más de un siglo después, ese espíritu pionero sigue vivo en miles de mujeres que desafían estereotipos y toman el volante para construir nuevas formas de movilidad, más inclusivas, flexibles y seguras.
Cada 24 de junio, el Día Internacional de la Mujer Conductora nos invita no solo a celebrar sus trayectorias, sino también a visibilizar su aporte en un sector que aún arrastra barreras culturales y estructurales. En América Latina, y especialmente en Chile, las mujeres están transformando silenciosamente la movilidad, convirtiéndola en una herramienta de empoderamiento real.
En Chile durante 2024, más del 56% de las conductoras registradas en DiDi señalaron que la plataforma representa su principal fuente de ganancias. El número de mujeres que eligen manejar con DiDi creció un 11% respecto al año anterior, posicionando al país como el segundo con mayor proporción de conductoras en la región. Detrás de estos datos hay historias de mujeres que encontraron en la conducción una vía para recuperar su autonomía, equilibrar sus tiempos y liderar económicamente sus hogares.
Pero hay un componente aún más poderoso: la comunidad. Iniciativas como “Expertas al Volante”, impulsadas por DiDi, fomentan espacios de encuentro y formación, donde las conductoras registradas comparten aprendizajes, fortalecen su confianza y red de apoyo, y descubren nuevas oportunidades dentro de la industria.
Las mujeres han demostrado ser no solo responsables y precavidas al volante, sino también líderes naturales en un modelo de movilidad que pone el foco en la seguridad, el cuidado y la eficiencia. Abrir más caminos para ellas —y hacerlo con enfoque de género— no es solo justo: es estratégicamente inteligente.
Hoy, cada viaje representa mucho más que un trayecto del punto A al punto B. Es una declaración de independencia, una forma de reescribir las reglas del juego y una contribución directa a una movilidad más equitativa. Con cada historia, con cada decisión de tomar el volante, las mujeres no solo manejan un auto: manejan el cambio.