Juan Alberto Rojas R., Ingeniero Comercial, académico UCEN Región Coquimbo
El 2021 el aumento de la demanda de productos y servicios debido a la expansión monetaria alcanzó aproximadamente a 50.000 millones de dólares, resultado de retiros de AFP, políticas públicas y sumado a la falta de stock y aumento del tipo de cambio del dólar en la compra de bienes importados como la industria automotriz, dejan un punto de partida al análisis bastante claro. Ahora bien, el crecimiento económico según la proyección del Fondo Monetario Internacional, se estima cercano al 12% para este 2021, hecho que dejaría por sobre del promedio latinoamericano que es cercano al 6,3%. El Informe de Política monetaria del Banco Central proyecta como máximo de crecimiento en un 2,5% para Chile el 2022, esto podría generar alguna inquietud en algunos sectores y un panorama poco auspicioso en el producto interno bruto, actividad que es positiva en Chile desde mediado de los ochenta salvo las caídas de 1999, 2009 y 2020. En nuestra economía puede que el desarrollo económico no se vea reflejado con las cifras del crecimiento económico, en otras palabras, tenemos muy buenas cifras a nivel macro, pero desde el punto de vista del desarrollo económico no vamos aumentando, esto genera una brecha mayor y genera desigualdad que se traduce en problemas desde lo social y económico, tarea importante para las nuevas autoridades.
Por otra parte, la inflación producto del consumo tuvo un protagonismo. El aumento sostenido en el nivel general de precios al consumidor despide el 2021 con una inflación de alrededor del 7% casi el doble de lo normal en Chile. Asimismo, el panorama debería mantenerse el primer trimestre si no hay baja el en tipo de cambio que hoy afecta el precio del combustible producto de la demanda a nivel mundial. En torno a las políticas económicas, específicamente a las monetarias restrictivas para frenar el consumo mediante el alza al 4% anual de la tasa de política monetaria, afectará la inversión el primer trimestre 2022 que es la actividad fundamental de la economía producto de los cambios políticos, de pandemia e incertidumbre.
El empleo seguirá sumando el próximo año a pesar de la baja inversión y el gran desafió es recuperar las confianzas para estimularla en el mediano plazo las actividades económicas. Una de las más afectadas es la inmobiliaria, que luego de conocer las medidas del Banco Central, estimó que más del 40% de los créditos hipotecarios que estaban en curso se retractaron, lo que evidencia que la industria va a sufrir un golpe importante ante las elevadas tasas bancarias que para el 2022 deberían de estar cerca del 6% anual, donde evidentemente va a restringir el negocio bancario, el inmobiliario y el esfuerzo en las familias para afrontar los pagos en Unidades de Fomento.
¿Qué debemos tener en cuenta para reactivar nuestra economía?
Es ideal tener en cuenta cuatro elementos: La diferenciación de los productos y servicios que se ofertan a los clientes, deben ser atractivos e innovadores, en segundo lugar, la transformación tecnológica que exige negociar y utilizar la capacidad digital disponible para desarrollar en mejor forma nuestro negocio, tercero conocer a fondo el modelo de negocios que representa la propuesta de valor en función de los clientes y proveedores y por último, es el talento humano como un actor clave de la reactivación con una marcada presencia a niveles gerenciales y de alta dirección, con claras competencias blandas que son habilidades diferenciadoras en la toma de decisiones.