La importancia de escuchar y cuidar al corazón

Paula Molina C.

Química farmacéutica, Farmacias Ahumada

Las enfermedades cardiovasculares se posicionan como una de las principales causas de muerte en Chile, representando casi el 30% de las defunciones, de acuerdo al Departamento de Estadísticas e Información de Salud del Minsal. Una realidad alarmante que, -sin embargo-, no ha sido asimilada por la mayoría de la población, que sigue sin tomar acciones prácticas respecto a la importancia de la prevención y detección temprana de estas patologías.

La combinación de factores de riesgo como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, el tabaquismo, el sobrepeso, el sedentarismo o el consumo excesivo de alcohol son cruciales a la hora de considerar una afección al corazón, y justamente Chile ostenta una alta prevalencia en todos ellos. Entonces, y en vista de lo que ya conocemos, ¿cómo avanzamos en una posible solución a los números rojos y evitar presentar un evento cardiovascular?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) es enfática en indicar que el 80% de las afecciones isquémicas del corazón, los ataques cerebrovasculares y la diabetes podrían prevenirse a través del control de sus principales factores de riesgo y ahí está la clave. En el marco del Mes del Corazón, es importante visibilizar este tema. Necesitamos como país impulsar la detección temprana, el diagnóstico y realizar una intervención oportuna de los factores de riesgo cardiovascular, apuntando hacia el control de éstos y el seguimiento del estado de salud de los pacientes.

Precisamente, hoy en día existen más instrumentos disponibles para hacer exámenes de monitoreo y más acceso a distintos servicios de atención en salud. Más allá de centros asistenciales, está cada vez más presente la telemedicina y la asistencia a diversos puntos de chequeo, donde destacan las farmacias como nuevos puntos de control y seguimiento a los factores de riesgo.

Gracias a su capilaridad, éstas últimas pueden ser un aporte al cuidado de la salud de los chilenos. Cada químico farmacéutico tiene la capacidad y el conocimiento necesario para realizar las evaluaciones y el seguimiento que se requiere para que los pacientes que se encuentran en sospecha o diagnosticados, lleven adelante su tratamiento farmacológico de manera adecuada y así mejoren su calidad de vida.

El llamado es a aprovechar las nuevas tecnologías, los diferentes centros de salud que aportan al seguimiento de los factores de riesgo y las herramientas disponibles para enfrentar enfermedades como ésta, donde la detección temprana y el seguimiento, hacen la diferencia.

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